METAeuFORiAS: Folletos de productos: dos ejemplos de metáforas mal utilizadas

Las metáforas resultan habitualmente muy útiles para entender el funcionamiento de algo que no conocemos; y si existe un campo de la informática en el que han sido ampliamente utilizadas es en el de las interfaces de usuario; todos estamos…

Las metáforas resultan habitualmente muy útiles para entender el funcionamiento de algo que no conocemos; y si existe un campo de la informática en el que han sido ampliamente utilizadas es en el de las interfaces de usuario; todos estamos habituados ya al “escritorio” de los sistemas operativos gráficos, manejamos “ficheros”, “carpetas” y “papeleras” como si fueran objetos reales, etc.; todo ello de modo casi intuitivo, reduciendo el tiempo de aprendizaje.

Eso sí: la utilización de metáforas visuales tiene sus limitaciones e inconvenientes; forzar excesivamente la metáfora haciéndola demasiado fiel al original puede resultar ingenioso o divertido en un primer momento, pero a más largo plazo se convierte en inconveniente y de difícil manejo.

Un caso de metáfora llevada demasiado lejos el de los folletos que encontramos en comercios como Conforama o Leroy Merlin.

Folleto de Leroy Merlin

Folleto de Conforama

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¿Nos está haciendo Internet más estúpidos?

Esa es la pregunta que se hace Nicholas Carr en su artículo ‘Is Google making us stupid?‘ en theAtlantic.com, al que llego vía Piel digital (un blog que he descubierto recientemente y que me parece francamente interesante). Eso sí, he…

Esa es la pregunta que se hace Nicholas Carr en su artículo ‘Is Google making us stupid?‘ en theAtlantic.com, al que llego vía Piel digital (un blog que he descubierto recientemente y que me parece francamente interesante). Eso sí, he cambiado ‘Google’ por ‘Internet’ en el título de este artículo, ya que me parece más justo con la megacompañía y más ajustado al sentido del artículo, como ahora veremos.

Señor, voy a tener que pedirle que abandone Internet. Es Vd. demasiado estúpido.

Actualización 12-jul-2008: Tenéis disponible una traducción del artículo al español (a la que llego vía Menéame)

El autor explica cómo nota que algo está cambiando en su cerebro, algo que nota especialmente cuando está leyendo. Y es que ya le resulta casi imposible concentrarse en una lectura más allá de dos o tres páginas; a partir de ahí su mente empieza a divagar, y pierde el hilo de lo que estaba leyendo. Carr cree que la culpa está en todo el tiempo que ha pasado delante del ordenador, en la web, haciendo búsquedas, ojeando textos, etc. La manera de “acceder” (difícilmente podemos llamarle “leer”) a los contenidos en Internet ha modificado su manera de captar información hacia la obtención de respuestas rápidas, breves, directas al objetivo.

Y es que en la comunicación, el medio y el canal no son independientes. El cómo escribimos influye en lo escrito, cosa que podemos certificar los que hemos pasado de la expresión manuscrita a la publicación en web, pasando por la máquina de escribir y el procesador de textos. También le ocurrió al filósofo Nietschze, que modificó sensiblemente su estilo de escritura cuando pasó de la escritura manual a la máquina de escribir.

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Quejas sobre la poca usabilidad de Windows… ¡de Bill Gates!

Es fácil suponer que cualquier usuario de Windows ha sufrido en alguna ocasión problemas con ese sistema operativo que le han hecho sentir la necesidad de comprobar el valor de la aceleración de la gravedad mediante su ordenador. Uno puede…

Bill Gates, sorprendido usando un MacEs fácil suponer que cualquier usuario de Windows ha sufrido en alguna ocasión problemas con ese sistema operativo que le han hecho sentir la necesidad de comprobar el valor de la aceleración de la gravedad mediante su ordenador. Uno puede preguntarse en esos casos “¿qué hará Bill Gates cuando le pasa algo así mientras utiliza Windows?“.

Eso es precisamente lo que se cuenta en seattlepi.com (comentado en español en Abadía Digital); el artículo incluye (también en un PDF de 5 páginas) un correo electrónico que, en 2003, Bill Gates hizo llegar a diferentes personas de Microsoft después de intentar él mismo instalar un determinado software (Windows Movie Maker); en él hace referencia expresa a la falta de usabilidad del proceso de instalación de software de Windows, y también del sitio web de Microsoft.

Es más, han incluido también un audio con la lectura dramatizada del correo, que es lo más parecido a escuchar al propio Bill Gates quejándose de Windows y de Microsoft. Imprescindible. (more…)

METAeuFORiAS: La usabilidad es como evitar el lecho de Procusto

Damastes (conocido con el sobrenombre de Procusto por motivos que luego veremos) era, según una leyenda griega, un criminal que tenía una manera original (y no muy agradable) de tratar a sus huéspedes; ¿qué tiene que ver esto con la…

Damastes (conocido con el sobrenombre de Procusto por motivos que luego veremos) era, según una leyenda griega, un criminal que tenía una manera original (y no muy agradable) de tratar a sus huéspedes; ¿qué tiene que ver esto con la usabilidad?

 

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Analítica web y usabilidad: condenados a entenderse

Desde que realicé el proyecto final de carrera (Ingeniería informática en la UIB) sobre análisis de logs de servidores web (web data mining), me he preguntado por qué esa disciplina se trataba de un modo tan independiente (y habitualmente por…

Desde que realicé el proyecto final de carrera (Ingeniería informática en la UIB) sobre análisis de logs de servidores web (web data mining), me he preguntado por qué esa disciplina se trataba de un modo tan independiente (y habitualmente por expertos también independientes) al de la usabilidad web. Al fin y al cabo, ¿no se trata de conocer cómo utilizan los usuarios la web? Cuando se dicen cosas como “nuestros usuarios son así”, o “la mayoría de usuarios utilizan más esta funcionalidad”, ¿hasta qué punto se saben realmente?

Cualquiera que haya tratado mínimamente con las técnicas de análisis web sabe que extraer conclusiones del análisis de accesos es mucho más complicado de lo que podría parecer: filtrar bots, identificar usuarios únicos y sesiones,… Las técnicas que se utilizan son siempre heurísticas que dan resultados aproximados y que hay que saber interpretar.

Esquema de accesos web: hits, páginas vistas, sesiones, usuarios

Hasta que hace unos días he leído un artículo en el blog de Xperience Consulting que se plantea si ambas disciplinas son contrarias una a la otra. La respuesta es, obviamente, que no; no son opuestas, sino complementarias. Como dice Avinash Kaushik, la analítica web nos dice QUÉ están haciendo los usuarios, mientras la usabilidad web nos dice POR QUÉ lo hacen.

Por ejemplo, una herramienta de análisis web (como Google Analytics) nos puede indicar que un gran número de usuarios abandonan un proceso de compra de 4 pasos en el tercer paso, pero no nos dirá por qué. Para eso podemos hacer un estudio de usabilidad con usuarios reales y comprobar que no pasan de ese punto porque les obliga a introducir un dato que no entienden.

Sin embargo, en muchas ocasiones estas técnicas son explotadas de manera independiente: el departamento de Sistemas (o el de Márqueting) hace un análisis de los accesos, mientras que por otro lado el departamento de Desarrollo o Diseño web utiliza (si lo hace) técnicas de usabilidad web. Aunque parece que la cosa podría mejorar con nuevas metodologías de desarrollo.

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Programar y escribir para la web: no tan diferentes

Leo un artículo en el blog de Ricardo Galli titulado Tratar al código fuente como un ensayo que me ha vuelto a crear una conexión entre dos temas que en principio parecen poco relacionados pero de los que se puede…

Leo un artículo en el blog de Ricardo Galli titulado Tratar al código fuente como un ensayo que me ha vuelto a crear una conexión entre dos temas que en principio parecen poco relacionados pero de los que se puede extraer alguna enseñanza común; en este caso, la programación y la redacción de textos para la web.

Código fuenteRicardo habla de un libro (Beautiful Code) y, más concretamente, de un capítulo titulado como su artículo: Treating Code As an Essay. En él se señala la similitud entre el código fuente de un programa y un ensayo, en el sentido de que, si bien en ambos casos su propósito es lo fundamental (“¿de qué se trata?”; “¿qué hace?”), no debe descuidarse el estilo en que están escritos, ya que no sirven de nada si no pueden ser interpretados por seres humanos.

A continuación rescata algunas reglas generales para escribir código de calidad:

  • Brevedad: La brevedad es una virtud, definitivamente hay un coste de lectura para el ojo humano, el código debe eliminar la información redundante
  • Familiaridad: Las personas son más conservadoras de lo que pensamos. Las curvas de apredizaje elevadas creean estrés y reducen productividad. Un lenguaje no debe obligar a los progamadores a trabajar con conceptos nuevos y complejos. No ser demasiado innovador es también una ayuda para el “código bello”.
  • Simplicidad: Si un programa es complicado de entender no puede tener belleza.
  • Separar bloques: Separar los bloques lógicos en cada función, así se facilita la lectura más rápida y en “diagonal”.
  • etc.

Inmediatamente me han venido a la memoria las reglas que da Jakob Nielsen para escribir para la web; de hecho, algunos de los puntos son prácticamente idénticos: simplicidad, brevedad, lenguaje familiar, etc. Y es que, pensándolo un poco, las situaciones no son tan diferentes:

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Comprando entradas: ¿usabilidad o sentido común?

Ayer tuve la ocasión de experimentar sufrir un proceso de compra de entradas a través de Internet, de esos que te dejan la duda existencial: ¿Realmente les interesa que la mayor cantidad de usuarios puedan comprar por Internet, o piensan…

Ayer tuve la ocasión de experimentar sufrir un proceso de compra de entradas a través de Internet, de esos que te dejan la duda existencial:

¿Realmente les interesa que la mayor cantidad de usuarios puedan comprar por Internet, o piensan que no es justo que la cosa sea tan cómoda, y ponen algunas dificultades para que el usuario demuestre que merece el privilegio?

En concreto me refiero a la compra de entradas para el Pamesa Valencia de baloncesto. Además de algunas cuestiones más o menos obvias (por ejemplo, usar una dirección numérica en la URL no da mucha confianza a la hora de realizar una transacción económica), la selección de la zona del pabellón utiliza esta imagen como ayuda:

Zonas del pabellón del Pamesa Valencia

Sí, este es el tamaño real de la imagen, y sí, los números de la parte inferior de cada zona son los que sirven para identificarla a la hora de seleccionar las entradas. Difícil, ¿verdad? Ahora preguntad conmigo: ¿qué les costaba poner la imagen un poco más grande, o al menos, los dichosos numeritos? ¿Qué necesidad había de forzar a los usuarios a utilizar una lupa o dejarse varias dioptrías en el proceso de elegir la sección?

Y si al menos se pudiera seleccionar la zona haciendo click sobre ella… pero no. Es necesario leer intuir el número y utilizar el enlace correspondiente.

Y eso no es todo. (more…)

Usabilidad en aplicaciones de terceros: un asunto difícil

Leo en torresburriel.com una referencia a un artículo sobre los problemas de usabilidad que pueden provocar las aplicaciones o componentes software de terceros; es decir, piezas de software que no pertenecen a la plataforma original y que son desarrollados por…

Puzzle azul y una pieza rojaLeo en torresburriel.com una referencia a un artículo sobre los problemas de usabilidad que pueden provocar las aplicaciones o componentes software de terceros; es decir, piezas de software que no pertenecen a la plataforma original y que son desarrollados por separado. Por ejemplo, esa encuesta o ese juego que insertas en tu página web, o tus últimas fotos, etc.

En este caso el peligro es que normalmente tenemos menos control sobre esos componentes, y por tanto su usabilidad puede estar bastante más descuidada que la de la aplicación en la que están insertados, del que tenemos mayor control, y al que prestamos mayor atención.

Para evitar esos peligros, nos ofrecen 3 consejos:

  1. Negociar en los acuerdos que se mantengan los estándares de usabilidad.
  2. Incorporar tus estándares de usabilidad como requisito obligatorio para integrar aplicaciones de terceros.
  3. Trabajar junto con tu proveedor para fomentar la usabilidad como requisito en su proceso de desarrollo.

Ambos artículos y los consejos (que, dicho sea de paso, parecen un tanto redundantes) me provocan algunas reflexiones: (more…)

Correo electrónico: esperamos más de ti

Recuerdo cómo un compañero de trabajo, en medio de una conversación informal, se cuestionaba que habitualmente se incluya al correo electrónico dentro de las llamadas “nuevas tecnologías“, cuando es un sistema que tiene ya más de 40 años de existencia;…

Símbolo de la arrobaRecuerdo cómo un compañero de trabajo, en medio de una conversación informal, se cuestionaba que habitualmente se incluya al correo electrónico dentro de las llamadas “nuevas tecnologías“, cuando es un sistema que tiene ya más de 40 años de existencia; razón no le faltaba.

Aún así, tengo la impresión de que el correo electrónico, a pesar de ser una herramienta de trabajo y entretenimiento básica para muchos millones de personas, está todavía lejos de ser una tecnología totalmente desarrollada en todo su potencial.

Las novedades más llamativas suelen ser más cuantitativas que cualitativas, ofreciendo más espacio o mejores buscadores (como en el caso de GMail), útiles pero no revolucionarias.

Y no me refiero ya al problema del spam (que puede ser desde curioso para algunos a exasperante para otros muchos), sino a que lleva muchos años funcionando básicamente del mismo modo, sin incluir avances o mejoras dignas de grandes menciones. Puede que no las echemos en falta porque estamos ya muy acostumbrados a su funcionamiento, pero considero que todavía están por implementarse las mejoras definitivas que harán del correo electrónico una herramienta mucho más útil y potente. Estas son algunas de ellas.

“Para” y “Cc:” parecen lo mismo, pero no lo son

En la práctica, ambos campos son utilizados de modo indistinto, ya que su efecto es el mismo: el destinatario recibe el mensaje. Pero los campos de destinatario (“Para:”) y con copia (“Cc:”) deberían estar más diferenciados, sobre todo en la “bandeja de entrada” de los receptores del mensaje. Los mensajes en los que eres el destinatario directo reclaman, en principio, mucho más tu atención que aquellos de los que simplemente recibes una copia. ¿Y si los primeros aparecieran resaltados o, simplemente en bandejas de entrada diferentes?

Ahora mismo, al enviar un mensaje para múltiples personas, no pensamos demasiado si colocamos una dirección en un campo u otro. Pero conocer que la recepción va a ser diferente en cada caso, nos permitiría distinguir claramente las personas que realmente son los destinatarios de la información, de aquellos que únicamente tienen que estar al corriente.

Casi podríamos simplificarlo así:

  • Para: “tienes que leerlo” (y, posiblemente, contestar o hacer algo)
  • Cc: “tienes que saber que se ha enviado”

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Usabilidad vs. accesibilidad: un debate vacío

Leo en los últimos días la enésima discusión sobre usabilidad vs. accesibilidad; sin ir más lejos, en Accesibilidad, Usabilidad y Estandares Web, en Inclusión, o en la lista de correo Cadius. La cosa suele empezar con una afirmación o pregunta…

Leo en los últimos días la enésima discusión sobre usabilidad vs. accesibilidad; sin ir más lejos, en Accesibilidad, Usabilidad y Estandares Web, en Inclusión, o en la lista de correo Cadius.

'We care for usability' logo

La cosa suele empezar con una afirmación o pregunta sobre si:

  • La usabilidad es parte de la accesibilidad.
  • La accesibilidad es parte de la usabilidad.
  • Usabilidad y accesibilidad son complementarias.
  • Usabilidad y accesibilidad apuntan, en ocasiones, en sentidos opuestos.

Y después siguen definiciones más o menos formales, casos prácticos y visiones personales que suelen acabar por agotamiento más que por llegar a alguna conclusión.

Sinceramente, creo que se trata de un debate poco productivo, del que se pueden sacar pocos resultados útiles o prácticos. Y lo creo porque la cosa es bastante más sencilla que todo eso.

¿Para quién?

Huyendo de definiciones universales y cuestiones metafísicas, hagamos un ejercicio de simplicidad y digamos que:

  • accesible = que se pueda acceder a ello
  • usable = que sea fácil de usar

A partir de ahí, las conclusiones son bastante sencillas:

  • Accesible o usable son términos relativos. Cuando los veamos utilizados de modo absoluto (“la página X es accesible”, “el sitio web Y es poco usable”) deberíamos siempre hacernos la misma pregunta mental: “¿accesible/usable para quién?”
  • Para que algo sea fácil de usar, es necesario que se pueda usar. Por eso, para un mismo perfil de usuario, usable implica accesible (pero no al revés). O dicho de otro modo, la accesibilidad es condición necesaria (pero no suficiente) para la usabilidad.

Así de sencillo.

Otra cosa es que se pueda discutir, por ejemplo, que una interfaz sea más usable para un perfil de usuario, pero menos accesible para otro perfil de usuario.

Por ejemplo, ¿es la interfaz AJAX de Google Mail más usable que la versión simple HTML? Casi todos estaremos de acuerdo en decir que sí, para los usuarios con navegadores que soporten JavaScript. Para el resto de usuarios no tiene sentido preguntar si es usable cuando simplemente no pueden acceder a ella (por eso necesitan una versión alternativa).

En resumen, muchas de esas discusiones pierden su sentido si no se responde a la pregunta “¿para quién?”.