El término “usabilidad” se ha convertido (no hace falta decir que por desgracia) en uno de esos que, sin conocer exactamente su significado, se le cuelga a cualquier producto tecnológico para que parezca lo suficientemente sofisticado; otros que le han precedido ya no nos dicen nada: alta fidelidad, modular, multimedia, 2.0, … Casi forman parte de eso que algunos llaman economía de la cancamusa.
Por eso es importante no perder de vista cuál es su verdadero significado. Es fácil encontrar definiciones más o menos oficiales de usabilidad, pero podemos quedarnos con que se trata, básicamente, de que los productos sean fáciles de usar. Aunque quizás sea más ilustrativo señalar algunos casos en los que el término no se utiliza con propiedad.