Definition of usability by ISO 9241:
“The extent to which a product can be used by specified users to achieve specified goals with effectiveness, efficiency, and satisfaction in a specified context of use.”
QED
Yes, they are.
Definition of usability by ISO 9241:
“The extent to which a product can be used by specified users to achieve specified goals with effectiveness, efficiency, and satisfaction in a specified context of use.”
QED
UX Interpretations could be a useful technique to translate common poorly-specified requirements into a more UX friendly format.
Some User-Centered Design techniques are supposed to be conducted during the requirements phase of the software development life-cycle, but in most real-world projects the usability/UX team cannot perform them, usually for reasons like these:
Yes, we know that the UX team should participate since the early stages of the development, but… what can we do when we are faced to given requirements, which are usually incomplete, long lists of technical features, and which have nothing to do with UCD techniques like use cases or user stories?
Last June, Greg Lauger explained in his article ‘Matching Requirements with User Experience‘ on Johnny Holland Magazine some techniques used in that kind of situations, and I think that the ‘UX Interpretation‘ approach (he calls it a “collaborative clarification”) is a great idea and could be used as a UCD technique on its own.
This is a proposal for a set of usability heuristics coming from known psychological facts about the human mind, including a spreadsheet that may be used in practical heuristic evaluations.
Some time ago, Susan Weinschenk (@thebrainlady in Twitter) wrote about the psychologist view of UX design, listing a number of facts discovered by psychology about the human mind that may be directly applied to interfaces design. And I think that’s an important point; although usability experts try to put the user in the center of every step through the design process, principles and best practices are usually referred to technical aspects of the development of interfaces. That’s what happens with most of the principles used when evaluating interfaces in heuristic evaluations.
So… why don’t we use those psychological facts as heuristic principles when evaluating interfaces, instead of the typical technical ones? To that end, I have translated Susan’s points into heuristic principles and checkpoints that may be used to evaluate interfaces, creating a spreadsheet to make evaluations easier. Here you have it:
Psychological Usability Heuristics spreadsheet (Google Docs)
Of course, the translation of facts into heuristics is subjective, and this work may be updated and/or expanded at any time; anyway, I think this may be a good approach to usability from a more human perspective.
Feel free to use this spreadsheet for your own work (you may have to download or make a copy before). Any feedback about this work will be welcome!
I have contacted Susan Weinschenk explaining her this idea, and this is her kind reply:
Hi Jordi,
Thanks for writing.
It’s a very interesting idea. I’m surprised I didn’t think of it myself!
Have you read my book: 100 Things Every Designer Needs To Know About People? Probably more ideas in there too.
Susan
I haven’t read ‘100 Things‘ (yet), but I have read her previous book and multiple articles in her blog. I wonder if 100 things may lead to 100 heuristic principles. It seems like a lot of work for me alone; maybe if this first idea achieves some success…
Una película recién estrenada demuestra que la tecnología suele dar sus mejores resultados cuando se convierte en un factor que mejora la experiencia de usuario, y no cuando se convierte en la principal protagonista.
Hace poco he tenido ocasión de disfrutar de la película “El origen del planeta de los simios“; y digo “disfrutar” porque la película es una agradable sorpresa en un verano normalmente caracterizado por títulos dirigidos al público infantil, y salas de cine dirigidas al público acostumbrado a la climatología polar.
Algunas de las críticas destacan de ella sus efectos especiales, pero el mérito de la película es que estos se integran naturalmente dentro de la historia y la complementan; es decir, la tecnología está al servicio de la historia o, casi podríamos decir, de la experiencia del usuario, y no al revés como ocurre con algunos títulos que seguramente todos tenemos en mente; deberían tomar nota muchos desarrolladores de interfaces de usuario, y especialmente, de páginas web.
De hecho, la primera mitad de la película resulta más interesante que la segunda, en la que toman mayor protagonismo las escenas de acción; con todo, esa segunda mitad más comercial no consigue estropear el conjunto, cosa que sí ocurre en otros remakes como La Guerra de los Mundos o Soy Leyenda.
Desde que empezaron a tomar protagonismo los efectos digitales en el cine y, especialmente, los actores virtuales, nos hemos preguntado en qué momento estos superarían a sus homólogos de carne y hueso. Pues bien, parece que el momento ha llegado, si bien es cierto que en este caso el protagonista digital no es humano sino un chimpancé (de nombre César) que, gracias a una tecnología bien utilizada, consigue una interpretación emocionante que destaca por encima de la de los protagonistas humanos.
Además, los guiños a la película a la que preceden son sutiles: el protagonista jugando con una pequeña réplica de la Estatua de la Libertad; una televisión en segundo plano que está mostrando el lanzamiento de la misión espacial en la que viajan los protagonistas de la primera película; etc. Es posible incluso que los responsables del título de la película (y de los tráilers) le haya hecho un flaco favor al querer “vender” algo que la película no es: el que resulte ser el origen del Planeta de los Simios no es el interés principal de la historia, sino un detalle casi anecdótico.
Así que, independientemente de que seas un fan o no de la película original, o de los efectos digitales, te recomiendo que la veas porque es una historia que merece la pena por sí misma. Ahora sólo cabe preguntarse: ¿veremos algún día a un actor digital nominado para un Oscar?
Usabilidad y UX (User eXperience) son equivalentes o no según cuál sea la definición que elijamos. El debate sobre si son lo mismo o qué es más importante no lleva demasiado lejos.
Después de leer el enésimo artículo sobre la diferencia entre usabilidad y UX (User eXperience), definitivamente creo que estamos dedicando demasiadas energías a una discusión que, en la práctica, no aporta gran cosa a la materia (algo parecido a lo que ocurre con el debate usabilidad vs. accesibilidad).
Para empezar, son dos conceptos que no tienen una definición única; podemos empezar por la definición de “usabilidad” de ISO 9241:
Usability: the effectiveness, efficiency and satisfaction with which specified users achieve specified goals in particular environments.
(las negritas son mías; luego veremos por qué). Por supuesto, hay muchas otras definiciones de usabilidad, pero probablemente esa es la más extendida.
Todavía menos clara está la definición de “user experience”; tomemos también la de ISO 9241:
User experience: a person’s perceptions and responses that result from the use or anticipated use of a product, system or service
Es un concepto difuso que hace referencia a la percepción del usuario del uso de un producto, sus emociones, sus sensaciones usándolo… Nadie puede discutir que eso es lo realmente importante, porque no solo queremos que nuestros productos sean efectivos y eficientes, sino también que nuestros usuarios los adoren. Pero, un momento… ¿no es eso prácticamente lo mismo que hablar de su satisfacción? ¿Precisamente esa satisfacción que ya está incluida en la definición de usabilidad?
¿Poca usabilidad o mala UX? ¿Importa?
Un resumen y algunas conclusiones extraídas de una charla de un conocido experto en interfaces de usuario.
No lo digo yo, sino Jared Spool, una de las autoridades mundialmente reconocidas en diseño de interfaces en una charla titulada “Anatomía de una decisión de diseño” celebrada en 2010 en el marco del congreso User Interface 15.
Y esa no fue la única afirmación interesante que se puede extraer de esa charla; entre otras, también sostiene que:
Todo ello dentro de una sesión que resumo a continuación.