Escucho, por enésima vez, el mantra de que “a las empresas tecnológicas les cuesta encontrar talento”, refiriéndose a las de Baleares (aunque imagino que es algo común en el todo el territorio patrio). Y uno podría estar de acuerdo con ese tópico si no fuera porque, cuando conoces la realidad a pie de calle, la percepción que recibes es otra.
Cabría pensar que, al haber tanta escasez, los sueldos de los desarrolladores deberían estar por las nubes, y que habría peleas por entrar a estudiar ingenierías. Pero no parece que la situación sea exactamente esa.
[…] como la demanda laboral viene mayoritariamente de la consultoría, prolifera la formación privada que promete enseñar JavaScript en un ‘bootcamp’ de pocas semanas, aunque lo que en realidad enseña es a llenar el perfil de LinkedIn de los ‘palabros’ que buscan los ‘headhunters’. Un sector roto siempre se llena de buitres.
Eduardo Manchón en Programar es de pobres: por qué el mundo del ‘software’ está roto en España
Si fuera una película española de los 90, a esta situación la podríamos titular “¿Por qué lo llaman encontrar talento cuando quieren decir encontrar a alguien que conozca en profundidad todas y cada una de las tecnologías que uso y tenga varios años de experiencia con ellas, pero que esté dispuesto a no cobrar demasiado?“.