Sobre peces y diseño emocional

Un ejemplo de cómo los diferentes niveles de diseño emocional se pueden tener en cuenta a la hora de diseñar cualquier elemento.

Hace algunos días me encontraba explicándole a alguien el procedimiento para introducir nuevos peces en un acuario (sí, ese es mi vicio húmedo), cuando me di cuenta de que probablemente el destinatario iba a olvidarlas rápidamente… Los pasos son, básicamente, estos:

  1. Introducir la bolsa con los peces dentro del acuario, sin abrirla.
  2. Pasados unos minutos, tomar una pequeña cantidad de agua del acuario e introducirla en la bolsa.
  3. Pasados unos minutos más, sacar los peces de la bolsa e introducirlos en el acuario; desechar el agua de la bolsa (no vaciarla en el acuario).

De algún modo, eso me hizo recordar los tres niveles de diseño emocional descritos por Donald Norman en su libro Emotional Design: visceral, conductual y reflexivo.

Las instrucciones, dadas de ese modo, tienen poco contenido emocional, lo que hace que perduren poco tiempo en la memoria. Únicamente se contempla el nivel intermedio de los tres, el conductual, y de manera poco profunda, proporcionando únicamente información sobre cómo hay que hacer las cosas. Nada más.

¿Sería posible modificar esas instrucciones para que afectaran a los otros niveles del diseño emocional, y fueran así de mayor impacto y mejor recordadas por los usuarios? Se me ocurrió entonces algo así…

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En busca del Diseño Centrado en el Usuario

La revista NSU ha publicado un artículo sobre el Diseño Centrado en el Usuario que incluye tanto definiciones habituales de DCU como una propuesta para definir un conjunto básico de técnicas para llevarlo a la práctica.

Recién llegado de las vacaciones, he recibido la buena noticia de que la revista online No Solo Usabilidad ha publicado mi artículo titulado “En busca del Diseño Centrado en el Usuario (DCU): definiciones, técnicas y una propuesta”.

Portada de 'No Solo Usabilidad', con el artículo en portada. 

El artículo trata, básicamente, de exponer las definiciones más habituales de Diseño Centrado en el Usuario (DCU) para concluir que no existe un consenso sobre qué es exactamente el DCU (o, como ya escribía en este blog, ¿existe el DCU?). Habitualmente se considera el DCU, bien como una filosofía de diseño, bien como un conjunto de técnicas o herramientas; pero tampoco existe un acuerdo sobre cuáles son esas técnicas. Eso hace difícil aplicarlo en la realidad.

Si bien hemos visto que las definiciones de DCU son bastante diversas, puede decirse que son compatibles entre sí, y de ellas podemos extraer algunas características comunes que deberían formar parte de una definición canónica del DCU:

  • Está orientado a los usuarios del producto, que participan durante todo el proceso.
  • A pesar de denominarse “diseño”, en realidad se aplica durante todas las fases del desarrollo (planificación, diseño, desarrollo, evaluación), desde las primeras etapas.
  • Es iterativo.
  • Es multidisciplinar.
  • Su objetivo es obtener productos usables y satisfactorios para los usuarios.

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“The Emotion Machine” y algunas reflexiones

Una revisión y algunas ideas surgidas a partir del último libro de Marvin Minsky.

The Emotion Machine (by Marvin Minsky)Recientemente he terminado de leer “The Emotion Machine“, la última obra de Marvin Minsky; Minsky es considerado uno de los pioneros de la Inteligencia Artificial, y entre sus múltiples logros está, por ejemplo, haber creado el primer simulador de red neuronal. Es un auténtico gurú en la materia (si es que esa palabra puede utilizarse todavía sin connotaciones negativas).

En este libro, Minsky profundiza en un modelo de mente humana que ya había empezado a describir en su obra anterior. Resulta algo paradójico que algunos de los resultados de la Inteligencia Artificial más novedosos hayan sido descripciones de la mente humana y, especialmente, de su funcionamiento. La Inteligencia Artificial necesita y define los procesos mentales para reproducirlos en un ordenador; por tanto su nivel de descripción de esos procesos está en un interesante nivel funcional intermedio entre el nivel de detalle de la neurología y de las estructuras cerebrales, y algunas clasificaciones muy genéricas (y excesivamente simplistas) de la psicología clásica.

No es la primera vez que leo sobre la idea de que la informática consigue resultados verdaderamente importantes en campos a priori ajenos a los ordenadores. Minsky menciona que la informática nos ha dotado de conceptos que permiten describir mejor nuestra mente. Por ejemplo, para él los procesos mentales se pueden clasificar, de modo similar a los lenguajes de programación, en “interpretados” y “compilados”; los primeros se corresponden con habilidades que no tenemos automatizadas y que debemos realizar “paso a paso” (el nivel que tenemos como aprendices), y los segundos podemos realizarlos de un modo automático (como los realiza un experto, de manera casi inconsciente). Como decía Dijkstra, “la informática no trata más sobre ordenadores de lo que la astronomía trata sobre telescopios”.

Un modelo de la mente

Para Minsky, los modelos de mente humana que consisten en estados y procesos individuales son demasiado simples. Cree que es mejor considerar la mente como un conjunto de recursos o capacidades (una “nube”) que pueden activarse en diferentes momentos. Así, los “estados mentales” estarían definidos por el conjunto concreto de recursos que estarían activos en ese momento.

La mente como un conjunto (o nube) de recursos

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