Hace algunos días me encontraba explicándole a alguien el procedimiento para introducir nuevos peces en un acuario (sí, ese es mi vicio húmedo), cuando me di cuenta de que probablemente el destinatario iba a olvidarlas rápidamente… Los pasos son, básicamente, estos:
- Introducir la bolsa con los peces dentro del acuario, sin abrirla.
- Pasados unos minutos, tomar una pequeña cantidad de agua del acuario e introducirla en la bolsa.
- Pasados unos minutos más, sacar los peces de la bolsa e introducirlos en el acuario; desechar el agua de la bolsa (no vaciarla en el acuario).
De algún modo, eso me hizo recordar los tres niveles de diseño emocional descritos por Donald Norman en su libro Emotional Design: visceral, conductual y reflexivo.
Las instrucciones, dadas de ese modo, tienen poco contenido emocional, lo que hace que perduren poco tiempo en la memoria. Únicamente se contempla el nivel intermedio de los tres, el conductual, y de manera poco profunda, proporcionando únicamente información sobre cómo hay que hacer las cosas. Nada más.
¿Sería posible modificar esas instrucciones para que afectaran a los otros niveles del diseño emocional, y fueran así de mayor impacto y mejor recordadas por los usuarios? Se me ocurrió entonces algo así…