Ahora que desgraciadamente vuelven a estar “de moda” los casos de corrupción (especialmente en la política), resulta interesante preguntarse si ser un tramposo es algo intrínseco al ser humano; ¿qué le pasa a nuestro código moral? De eso habla Dan Ariely en una de las fantásticas charlas del TED que, dicho sea de paso, deberían ser obligatorias para la población en general.
Ariely empieza narrando su experiencia personal en un hospital para escenificar que nuestras intuiciones no bastan para estudiar un fenómeno: es necesario cuestionarlas y experimentar de un modo científico para poder llegar a resolver los problemas. Aplicado a lo que nos interesa implica que para entender por qué hacemos trampas no basta con nuestras opiniones: tenemos que observarlo desde un punto de visto científico.