Recién terminado el congreso UX Spain (por cierto, tenéis disponibles los resúmenes de las charlas), aprovecho para dejar aquí las experiencias y sensaciones que me ha dejado. Y la principal es muy positiva: por desgracia, suelo tener pocas ocasiones de intercambiar ideas y experiencias con otros colegas de la User eXperience, y esta ha sido una ocasión perfecta de practicar la terapia de grupo: he disfrutado de compartir estos días con vosotros.
Además, la logística de la organización ha rozado la perfección: horarios, atención a los participantes y ponentes, material, etc. Ya tuve ocasión de felicitar a los organizadores por conseguir arrancar un congreso sobre un tema que, como se pudo comprobar, ni siquiera sabemos exactamente a qué se refiere.

En cuanto a las ponencias, como en cualquier congreso, ha habido de todo; pero yo diría que, dada la gran variedad tanto de los perfiles de los asistentes como de los temas tratados, el resultado ha sido más que aceptable. Por poner alguna pega, he tenido cierta sensación de que parecíamos descubrir como nuevos asuntos que ya llevan tiempo tratándose en otros países; quizá he echado en falta algo más de autocrítica; y, para próximas ediciones, sería interesante tener otras voces, ajenas a la comunidad: usuarios, clientes, etc.

En cuanto a mi charla, a pesar de que tenía algunas dudas en cuanto a cómo encajaría entre el resto, he quedado más que satisfecho por el feedback que he recibido tanto en vivo como a través de Twitter; espero no haberme encasillado como “el que no encuentra trabajo de UX” 🙂

Imagen de mi charla, cortesía de @jruizjunquera

La polémica sobre los tests de usuario

Especialmente entretenida fue la sesión del sábado por la tarde, con la polémica sobre la mayor o menor importancia de los tests de usuarios. ¿Mi posición? Creo que es una polémica que se resuelve en un artículo de Jared Spool (ya lo comenté aquí hace un tiempo) en el que habla de 5 posibles estilos de diseño, entre ellos dos estilos que podían funcionar sin participación de usuarios:

• El “diseño para uno mismo”, en el que diseñador es usuario al mismo tiempo: crea una solución que satisface sus propias necesidades, que resultan ser también las necesidades de otros usuarios. Muchas de las empresas que han triunfado en Internet empezaron así.
• El “diseño de genio”, cuando los diseñadores tienen experiencia en proyectos similares y consiguen realizar un diseño que funciona. Eso sí, tienen que se basarse en mucha experiencia y mucha investigación previa.

En el resto de casos, y que para mí son la inmensa mayoría, tenemos que estar de acuerdo con Nassim Taleb y decir que los humanos somos buenos probando, pero no diseñando; así que los tests con usuarios (de laboratorio, de guerrilla, informales o medio-pensionistas) siguen siendo imprescindibles.

Por cierto, es obvio que nadie defiende que los tests de usuario sirven para diseñar, sino para evaluar. Que se hagan tests con usuarios no significa que no se necesiten buenos diseños.

Confirmado: no sabemos qué es UX

Y llego a la que yo creo que es la principal conclusión que saco del congreso y que confirma la sensación previa que tenía: la disciplina de UX sufre de un grave caso de indefinición. Hemos estado varios días hablando de User eXperience sin que, en el fondo, nadie tenga demasiado claro a qué nos estamos refiriendo.

Puede que sea muy difícil definir algo así, pero mi impresión es que las definiciones que se dan habitualmente son cada vez más amplias; demasiado amplias. Tanto, que no creo que la UX pueda considerarse como una disciplina única; decir que te dedicas a la UX es como decir que te dedicas a la informática: dice muy poco de qué haces exactamente. Sinceramente, necesitamos una definición más precisa de qué es la UX y qué perfiles la componen; a priori, se me ocurren al menos estos:

• análisis / investigación
• diseño
• evaluación

Sobre el debate UX vs. usabilidad ya escribí hace algún tiempo: si tomamos la definición de usabilidad que incluye la satisfacción del usuario, para mí UX y usabilidad son prácticamente equivalentes. Quizás al hablar de UX se suele poner más énfasis en el proceso de diseño, pero no olvidemos que las técnicas de usabilidad no son sólo de evaluación.

¿De dónde viene entonces el debate? Ahí va una hipótesis: da la impresión de que la usabilidad se ocupa poco de la satisfacción de los usuarios porque es algo mucho más difícil de medir que otros aspectos como eficacia o eficiencia; sí, hay técnicas como cuestionarios y entrevistas, pero están lejos de ser totalmente fiables. De ahí que se haya hecho popular la UX como modo de recalcar la importancia de tener en cuenta la experiencia del usuario; sin embargo, no tengo la sensación de que esa popularidad haya contribuido a mejorar cómo podemos medir esa satisfacción.

En definitiva, creo que sería un gran resultado del congreso conseguir que empecemos a cerrar los debates puramente semánticos (o metafísicos) sobre qué es usabilidad o UX, y empecemos a hablar de cómo conseguir que los usuarios queden satisfechos con nuestros productos. Y para eso quizás necesitemos más voces afirmando que el emperador está desnudo.

Ojalá haya más UX Spain, o como queramos llamarlos 🙂