Hoy jueves, 13 de noviembre, se celebra el Día Mundial de la Usabilidad (que este año está especialmente dedicado al tema del transporte). ¿Qué es usabilidad? Existen diversas definiciones más o menos formales, pero en pocas palabras es lo fácil (o difícil) que es usar un determinado producto tecnológico. Es una disciplina que se suele referir a las interfaces software (sobre todo a la tecnología web), pero que se puede aplicar en muchos casos. Por ejemplo, en un acuario…
Tengo un acuario en casa con plantas naturales, y necesita tener luz natural un número mínimo de horas al día. Para ello, lo más cómodo es utilizar un programador horario, un dispositivo que simplemente se conecta a un enchufe para conectar y desconectar la corriente eléctrica según una determinada programación temporal.
Existen diversos modelos de programadores en los comercios, pero básicamente son de dos tipos: mecánicos y digitales. Los mecánicos tienen menos funcionalidades: se limitan a repetir la misma programación cada día. Los digitales tienen más funciones: se pueden configurar programas para determinados días de la semana, para días alternos, etc. En principio podría parecer que es mejor utilizar uno electrónico, ya que hacen lo mismo que uno mecánico, y muchas otras cosas. Pero en tecnología, como en casi todo en la vida, muchas veces más es menos. Y si no, veamos cómo funcionan ambos tipos de programadores.
El programador mecánico es así de sencillo: la rueda está numerada con las 24 horas del día; la pequeña flecha indica la hora actual. La rueda está rodeada por una serie de pequeñas pestañas negras que se corresponden con fracciones de 15 minutos, de modo que la pestaña hacia abajo conectará la corriente eléctrica durante ese intervalo, y hacia arriba la interrumpirá. Por ejemplo, para conectar una luz desde las 12:00 hasta las 20:00, basta con bajar todas las pestañas de ese intervalo, indicar con la flecha la hora actual, enchufar el programador a la red eléctrica, y conectar la luz al programador.
El único “extra” que se permite su diseño es un interruptor lateral que permite conectar y desconectar la corriente como un interruptor normal, independientemente de la programación.
Sencillo, ¿verdad? Cualquiera podría utilizarlo directamente, sin necesidad de leer las instrucciones. Existe una correspondencia clara entre las horas del día y la rueda, y las horas en que se conecta/desconecta la corriente se manipulan y visualizan de un modo sencillo.
El programador digital es… bueno, basta con echarle un vistazo a la imagen. Un display y ocho botones para programar la conexión y desconexión. Botones para poner la hora actual, botones para poner el día de la semana, para seleccionar diferentes programas, para poner una cuenta atrás, etc. Tiene muchas más funciones que el mecánico, pero…
Sí, es mucho más complejo de usar. Sin leer el manual de instrucciones es complicado programarlo; posible, básicamente mediante ensayo y error, pero complicado. Las función de cada botón no es obvia, y depende de qué otras combinaciones se hayan pulsado anteriormente. Además, no es posible visualizar el estado del programador de un modo rápido. Cuando crees que has terminado de configurarlo, no puedes evitar mirarlo y preguntarte “¿seguro que está bien programado?”
Ah, y lo que es peor: en algunos modelos digitales, un corte de la corriente eléctrica provoca que se pierda toda la configuración; en los modelos mecánicos, lo único que eso provoca es un retraso en el reloj (y, por tanto, en la programación) mientras dura el corte eléctrico.
¿Cuál elegirías?
El papel de la usabilidad
Ese es un caso habitual en el progreso tecnológico: nuevos dispositivos, más potentes, con más funciones… pero a costa de ser más complejos de utilizar (como ejemplo, busca cualquier mando a distancia que tengas cerca). Y el papel de los expertos en usabilidad y en diseño de interfaces es conseguir que más funcionalidades no implique una interfaz más compleja. Aunque a veces no lo parezca, algo que necesita poco esfuerzo al usarlo antes requiere mucho esfuerzo al diseñarlo.
“La perfección no se alcanza cuando no haya nada por añadir, sino cuando no haya nada que quitar” (Antoine De Saint-Exupéry)
En el caso de los programadores, el reto sería diseñar un programador con todas las funcionalidades del digital, pero con un diseño tan simple e intuitivo como el del mecánico.
¿Alguien se atreve?
Excelente artículo. Tengo dos de los “primitivos” y no tenía ni idea de cómo usarlos. Espero que sea tan fácil como tu explicación.
Yo, según lo expones, prefiero los primeros.