Escucho, por enésima vez, el mantra de que “a las empresas tecnológicas les cuesta encontrar talento”, refiriéndose a las de Baleares (aunque imagino que es algo común en el todo el territorio patrio). Y uno podría estar de acuerdo con ese tópico si no fuera porque, cuando conoces la realidad a pie de calle, la percepción que recibes es otra.

Cabría pensar que, al haber tanta escasez, los sueldos de los desarrolladores deberían estar por las nubes, y que habría peleas por entrar a estudiar ingenierías. Pero no parece que la situación sea exactamente esa.

[…] como la demanda laboral viene mayoritariamente de la consultoría, prolifera la formación privada que promete enseñar JavaScript en un ‘bootcamp’ de pocas semanas, aunque lo que en realidad enseña es a llenar el perfil de LinkedIn de los ‘palabros’ que buscan los ‘headhunters’. Un sector roto siempre se llena de buitres.

Eduardo Manchón en Programar es de pobres: por qué el mundo del ‘software’ está roto en España

Si fuera una película española de los 90, a esta situación la podríamos titular “¿Por qué lo llaman encontrar talento cuando quieren decir encontrar a alguien que conozca en profundidad todas y cada una de las tecnologías que uso y tenga varios años de experiencia con ellas, pero que esté dispuesto a no cobrar demasiado?“.

Cierto: como título queda un poco largo. Y como película muchos tendríamos una sensación de “esta ya la he visto”, a tenor de la respuesta que tuvo este hilo en Twitter:

He tenido acceso (no me preguntéis cómo) a los contactos que ha tenido MESSI con un club que pretende ficharle. Curiosamente, ese club ha contratado a un RECRUITER ESPECIALIZADO EN IT, así que la conversación que ha tenido el recruiter con Messi ha sido tal que así:

— jordisan (aká RamSys) (@jordisan) April 14, 2021

Y es que muchos de los que hemos tenido la desgracia de vernos, en algún momento, buscando trabajo en el desarrollo de software tenemos la misma opinión sobre la mayoría de las ofertas: los requisitos (y las entrevistas) de las ofertas de trabajo se parecen más a un checklist de tecnologías que a la búsqueda de un buen desarrollador (cuando un buen desarrollador probablemente aprenderá esas tecnologías en unas semanas y las dominará en pocos meses).

Seamos claros: que no encuentres a alguien con 5 años de experiencia en Angular (y que además domine HTML, CSS, React, Vue.js, typescript, webpack, npm, docker, kubernetes, git, …) por 24.000€ al año no es un problema de falta de talento.

Volviendo al símil deportivo, muchas empresas no buscan formar jugadores de cantera, sino hacerse con grandes estrellas que hayan ganado ya muchos títulos, con la esperanza de que sigan ganándolos. Pero esas estrellas no abundan. Y menos si no estás dispuesto a pagarles por lo que se supone que valen.

Batallitas personales

No voy a dar la lista de mis cuitas laborales, porque no serán muy diferentes de las que tengan muchos en el mundillo del software. Tampoco sé decir si tengo talento o no, porque con la experiencia uno acaba acumulando muchas más dudas que certezas. Pero sí os voy a dar un par de ejemplos de hace ya bastantes años:

• Mi primer trabajo al salir de la universidad (el siglo pasado, literalmente) fue como becario (y luego con contrato indefinido) en una caja de ahorros. Por supuesto, al entrar no tenía ni experiencia ni conocimiento de los procesos o tecnologías que allí se usaban, pero eso se le presupone de un becario, ¿no? Como todos, acabé aprendiendo cómo y con qué se trabajaba allí (alguien que ha terminado una carrera debe tener esa capacidad). Por cierto, era un sitio donde se gestionaba mucho dinero de mucha gente. Poca broma.
• Varios años después, harto de no encontrar un puesto en Mallorca, terminé trabajando desde casa para una empresa extranjera. Al empezar tampoco tenía una gran conocimiento en las tecnologías concretas que allí se utilizaban, pero eso no fue impedimento para ellos porque sí tenía ya experiencia con diferentes plataformas. Sin entrar en detalles, durante los 4 años que estuve tuve que rechazar (por motivos personales) una oferta de trabajo presencial que, para los cotillas, digamos que tenía unas condiciones bastante por encima de lo que se encuentra por estos lares.

No detallaría estas anécdotas personales si no fuera porque tengo la sensación de que esas barreras de entrada en forma de tecnologías concretísimas que se ponen a la hora de contratar a un desarrollador han ido a peor en los últimos años. Y que, además, son cada vez menos comprensibles en un mundo, como el de la tecnología, que cambia en cuestión de pocos años (cuando no meses).

— Para este puesto de frontend necesitamos que domines HTML, CSS, JS, TypeScript, React, Vue.js, Angular, WebPack, Node, Docker, MongoDB, Kafka, Git, Kubernetes, …
— Sin problema. También sé Python, Kobra Kai, Aikido y Nesquick++.
— ¿Estás de broma?
— No haber empezado tú.

— jordisan (aká RamSys) (@jordisan) March 21, 2021

Es muy difícil todo esto

Encontrar e identificar el talento es muy complicado. Mucho. Muchísimo. Deberíamos asumir que no es algo que se consiga en una entrevista de una hora o revisando si un CV contiene determinadas palabras clave, como si fuera un bingo. Seguramente tenga más que ver con revisar la experiencia de esa persona, su capacidad de trabajo y de aprender nuevas cosas. Y, obviamente, con darle la oportunidad de demostrarlo.

Si hace falta talento para ser buen desarrollador, también hace falta talento para encontrar ese talento. Personalmente, creo que deberíamos todos aspirar a hacerlo mucho mejor que como lo hemos hecho hasta ahora.