La próxima vez que veas, oigas o leas una de esas típicas noticias sobre estudios o encuestas que tanto abundan en nuestros medios de comunicación, simplemente cuestiónate ciertas cosas antes de darles alguna credibilidad.
Imagina que el titular es algo así:
“Los madrileños y los gallegos, los que más ven la TV”
Antes de imaginar rebuscados motivos para esas diferencias regionales, lee el detalle de la noticia y pregúntate…
1. ¿Es un “estudio” o una encuesta?
La diferencia es tan abismal como la que hay entre lo que la gente dice y lo que la gente piensa. ¿El supuesto estudio está basado en algún tipo de mecanismo que comprueba el tiempo que se ve la TV, o es una encuesta en que simplemente se hacen una serie de preguntas?
Si se trata de una encuesta, ¿no podría ser que madrileños y gallegos “reconocieran” ver más TV, independientemente de que sea verdad o no? ¿No bastan las encuestas electorales para darse cuenta de que lo que decimos puede que no tenga nada que ver con lo que hacemos?
2. ¿Son cifras absolutas o relativas?
Cuando los resultados se refieren a poblaciones de diferente tamaño, hay que tener en cuenta si se trata de números absolutos (totales) o relativos (en este caso, por habitante). En el primer caso, madrileños y catalanes encabezarán siempre las listas de “los más”, simplemente… porque son más.
3. ¿Son significativas las diferencias?
Cuando se establece un orden, siempre hay un primero, un segundo… y un último. Pero ¿significa algo eso? ¿Hay que buscar un motivo más allá del simple azar? ¡Lo realmente sorprendente sería que los resultados fueran exactamente los mismos para todas las regiones!
Si dividimos a los niños de un colegio según la inicial de su primer apellido, habrá una letra con mejores notas medias; difícilmente habrá relación entre ambas variables. Simplemente, ¡alguna tenía que ser la primera!
4. ¿Quién hace el “estudio”?
En muchas ocasiones, el resultado del estudio que aparece en el titular resulta sorprendente o llamativo. Pero muchas veces se trata de una noticia lanzada por una empresa relacionada con el tema que sólo pretende conseguir algo de publicidad.
¿No extrañaríamos de que un estudio realizado por una empresa de protectores solares resultara en un alarmante ascenso de enfermedades de la piel?
5. ¿Confunden “causalidad” y “correlación”?
Cuando dos hechos ocurren juntos, no necesariamente uno de ellos es consecuencia del otro (causalidad), sino que es posible que, simplemente, aparezcan juntos por otros motivos no contemplados (correlación).
En nuestro ejemplo, ¿tenemos que deducir que por algún extraño efecto, ser gallego hace que veas más la TV? (podemos descartar que ver más la TV te haga gallego). Probablemente, algo tenga que ver con que los gallegos viven mayoritariamente en zonas donde llueve bastante, y eso haga que pasen más tiempo en casa viendo TV.
En definitiva
Para que no nos tomen por estúpidos, tened en cuenta que los medios podrían estar aplicando una versión de ese irónico principio del periodismo, “no dejes que una estadística correctamente interpretada te estropee una buena noticia“.
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