Historia de un tweet proactivo

Casi diez días después de mi tweet más popular, dejo por escrito algunas reflexiones que me ha provocado.

El pasado 3 de febrero no sé qué musa me inspiró este tweet:

De inmediato empecé a recibir notificaciones de que había caído “en gracia” entre la comunidad, sobre todo para mi modesto número de seguidores. A día de hoy va por los 4.900 retweets y los 3.800 likes, y todavía recibo notificaciones cada cierto tiempo de que a alguien más le ha parecido digno de mención.

Desde luego tampoco es para escribir un tratado sobre cómo triunfar en las redes sociales, pero sí me ha provocado una serie de reflexiones que me ha parecido interesante compartir con vosotros.

La neolengua

Con cierto alivio confirmo que mi sensación de que estamos abusando hasta el ridículo de ciertos neologismos es compartida por muchos otros sufridores; al fin y al cabo, cuando uno grita que el emperador está desnudo lo peor que le puede pasar es que nadie le haga el más mínimo caso.

Tampoco se trata de ser un integrista del idioma; al fin y al cabo, me dedico a un campo en el que es imposible evitarlos, y yo mismo tengo que usar continuamente términos como “usabilidad”, “implementación” o “front-end”. El problema viene cuando ese uso de “palabros” parece esconder que, en realidad, no hay nada nuevo que contar y que se están vendiendo viejos perros con nuevos collares.

Por cierto, de las respuestas veo que se han echado de menos otras expresiones como:

  • coaching
  • feedback
  • procrastinar
  • poner en valor

¿Dónde se usan?

Una de las consecuencias más interesantes (y divertidas) ha sido comprobar cómo la comunidad ha identificado automáticamente el uso de estos términos con ámbitos muy concretos: especialmente, el de los emprendedores, asociado también al del marketing (digital). También alguno los ha asociado a los contenidos que se suelen encontrar en LinkedIn.

El efecto retweet

En lo que se refiere puramente a la difusión en Twitter, está claro que en las redes sociales es importantísimo que el contenido no sea solo ocurrente, sino que además sea algo que apetezca compartir (“esto le va a gustar a Fulanito”). Eso sí, el factor clave es conseguir que el tweet sea compartido por usuarios con muchos seguidores, como @kurioso o @JotDownSpain.

En todo caso las consecuencias no llegan mucho más allá: es cierto que el número de seguidores ha aumentado considerablemente (de unos 800 a unos 1000), pero pronostico que muchos de ellos van a dejar de hacerlo cuando comprueben que no suelo estar tan inspirado, y que mis mensajes son de una temática muy especializada en muchas ocasiones.

Por cierto, la difusión de ese tweet ha arrastrado que otros anteriores hayan tenido un cierto renacer (¿o debería decir “resucitar”?):

¡Ah!, por supuesto, gracias a todos por la holística respuesta 🙂

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *