Introducción al periodismo participativo (reseña)

Comentario de un texto que expone la situación del periodismo actual y los retos a los que se enfrenta con la aparición de nuevas tecnologías; todo ello como una evolución desde el periodismo tradicional hasta el periodismo participativo

Portada del libro 'We, the Media'NOTA: el texto al que se refiere esta reseña corresponde al capítulo 1 de la obra “Nosotros, el Medio”, publicada originalmente en el año 2003 en formato digital por Chris Willis y Shayne Bowman de la consultora norteamericana Hypergene.

El texto

Empieza explicando cómo Internet y las tecnologías que incluye permiten, tal como vaticinó el gurú Nicholas Negroponte, que los usuarios personalicen las noticias que les llegan, filtrando y seleccionando las que les interesan. Esta funcionalidad puede llegar a ser preocupante para el llamado periodismo tradicional ya que parece que proporciona una visión sesgada o parcial de la información (aunque cabría decir que el mismo sesgo o mayor aún existe en los medios de comunicación tradicionales, y con menos posibilidades de elección).

Aunque, para algunos autores, lo que los usuarios buscan en realidad son diferentes perspectivas o puntos de vista del mismo hecho. ¿Hacia dónde nos dirige todo eso? Según el texto tenemos que fijarnos en los early adopters para saberlo. Y pone como ejemplo el sitio de noticias surcoreano ohmynews.com: un sitio donde los usuarios no sólo eligen las noticias, sino que las escriben.

Y esa es la tendencia de los últimos años: eventos como los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, la guerra de Irak o elecciones políticas han puesto de manifiesto que los usuarios tienen ahora medios para publicar información de modo rápido y sencillo. Dentro de esa tendencia están brillando con luz propia los weblogs o blogs, inicialmente pensados como un diario personal pero que se han convertido en fuentes de información que atraen a toda una comunidad de usuarios interesados en el mismo tema.

A partir de ahí extrae la definición de periodismo participativo:

Periodismo participativo: es el acto de un ciudadano o grupo de ciudadanos que juegan un papel activo en el proceso de colectar, reportar, analizar y diseminar información. La intención de esta participación es suministrar la información independiente, confiable, exacta, de amplio rango y relevante que una democracia requiere.

El hecho de que los destinatarios de la información participen en su elaboración no es algo nuevo; anteriormente varios medios habían realizado experiencias en lo que llama periodismo cívico, en los que se involucraba a los usuarios para conocer sus opiniones, reacciones, etc. Pero lo que marca esta nueva etapa de periodismo participativo es que parece funcionar perfectamente de modo autónomo, sin necesidad de que periodistas “profesionales” intervengan como mediadores o facilitadores.

La cuestión que se plantea entonces es ¿qué papel juegan los medios tradicionales en ese tipo de periodismo? Tal como exponen Kovach y Rosenstiel, el negocio de las noticias se halla en una fase de redefinición ante esa supuesta amenaza; limitar la discusión a lo que es o no “buen periodismo” puede hacer que se pierda de vista la oportunidad de analizar y extraer aspectos positivos de la participación de los usuarios en las noticias.

Con todo, el texto afirma que las diferencias entre ambos tipos de periodismo no son tan grandes como parece a primera vista; en ambos casos se trata de suministrar información que necesitan. La principal diferencia estriba en quién y dónde se efectúa el control de la publicación. El orden de los pasos en un medio tradicional de tipo difusión, según Clay Shirky, es primero filtrar la información y luego publicarla. En una comunidad como las que existen en Internet, el orden se invierte: primero se publica la información, y después los miembros de la comunidad filtran las noticias de interés. Muchos periodistas tradicionales critican este último modo de funcionamiento descontrolado sin darse cuenta de que, en realidad, Internet misma actúa como un mecanismo de edición a posteriori.

Así pues, editores como Scott Rosemberg afirman que, lejos de ser competidores, “Los weblogs expanden el universo de los medios. Son una forma nativa de la Web y agregan algo nuevo a nuestra mezcla, algo valioso, algo que no podía existir antes de la Web”.

Para concluir, y en esa misma línea, se citan los principios que Dan Gillmor expone como definitorios del movimiento “Nosotros, el Medio” (precisamente el título de la obra a la que pertenece el capítulo), y que se podrían resumir así: “mis lectores saben más que yo, y eso no es una amenaza, sino una oportunidad”.

Comentarios personales

Cabe poner este texto en su contexto temporal: desde el año 2003 en que se publicó, la llamada revolución de los medios con la llegada del periodismo participativo no ha hecho más que aumentar. Y los medios tradicionales parecen empezar a entender, al menos en parte, el mensaje del texto: vemos ya como muchos de ellos incluyen en sus páginas web la opción de que los usuarios comenten las informaciones, envíen fotografías, participen en encuestas, etc. Sin embargo todavía existen reticencias a una colaboración más abierta, y son los nuevos medios aparecidos en Internet, sin prejuicios heredados, los que más están aprovechando ese periodismo ciudadano.

Lo que difícilmente podían prever los autores es el auge de nuevos tipos de herramientas; para empezar, las redes sociales han hecho que la discusión sobre muchas noticias se traslade a un entorno de relaciones personales, con lo que los medios tienen que integrarlas y aprender a aprovecharse de ellas. Además, otro nuevo tipo de herramientas colaborativas como son las de filtrado de noticias (como Digg o Menéame) son una importante fuente de visitas, además de las tradicionales en Internet procedentes de los motores de búsqueda. Por último (de momento), la incorporación de aplicaciones de microblogging y especialmente Twitter está suponiendo un nuevo modo de comunicación: con un mínimo de esfuerzo y tiempo, un mensaje concreto puede llegar de modo casi instantáneo a miles de personas, algo que, como pareció ocurrir en las pasadas elecciones en Irán, puede estar convirtiéndose en un nuevo modo de periodismo.

Son, en resumen, aplicaciones que suponen nuevos tipos de interacción pero que no contradicen la idea central del texto reseñado: el periodismo participativo está suponiendo un profundo cambio en el periodismo tradicional, que debería ver a esos nuevos canales no como enemigos, sino como una oportunidad que deberían aprovechar.

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